Textos folclóricos
En primer lugar, comenzaré este nuevo bloque realizando una definición del término que estudiaremos a continuación, que no es ni más ni menos que el folclore.
Esta palabra viene del término inglés “folklore” y hace referencia al conjunto de las creencias, prácticas y costumbres que son tradicionales de un pueblo o cultura. El folklore incluye los bailes, la música, las leyendas, los cuentos, las artesanías y las supersticiones.
Así pues, ahora pasaremos a realizar una definición de qué es un texto folclórico y diremos que: no tienen autor, son textos que han ido pasando de boca en boca, de generación en generación y, como parece lógico, por esta razón no se mantienen idénticos a cómo se contaron por primera vez. De modo que, cada persona que ha narrado ese texto ha ido incluyendo sus propias variaciones, añadiendo, quitando, olvidando o cambiando partes del mismo hasta que, alguna persona decidiese ponerlo por escrito (algo así como el juego del “teléfono escacharrado”). De este modo, podríamos decir que los autores son muchísimos, pues cada persona cuenta la historia de forma diferente. Y entre esos muchísimos autores podemos señalar al tiempo.
Sintetizando, podríamos decir que todo texto folclórico se caracteriza por tener su origen en un lugar concreto y extenderse por transmisión oral hasta el punto de convertirse, en algunos casos, en folclore universal; transmitiéndose tanto de forma horizontal, como de forma vertical y de generación en generación.
Además, es importante saber que, aunque son textos familiares, (destinado a los adolescentes sobre todo) contienen enseñanzas implícitas que en ningún caso se muestran en una “moraleja” escrita al final del texto sino que las personas deben extraer sus propias enseñanzas a partir de las pruebas a las que se enfrenta el personaje del texto.
Es muy importante, de igual forma, decir que nunca podremos hablar de la versión original de un cuento folclórico, ya que ésta no existe, se ha perdido con el tiempo, al pasar de boca en boca cada persona introduce cambios en esa historia. Sin embargo, podremos hablar de la versión de Perrault, de los Hermanos Grimm…de todos aquellos que recogen esas historias por escrito con el objetivo de que no se pierdan, pero ellos no fuero los creadores de las mismas.
Una vez explicada la definición y orígenes de los textos folclóricos, es importante aludir a unos de los primeros y más destacados folcloristas, que no es ni más ni menos que Vladímir Yákovlevich Propp, erudito ruso nacido en la última década del siglo XIX y considerado como el precursor de los estudios sobre el folclore; destacando por convertir a los textos folclóricos en objeto de análisis y por realizar una tesis doctoral tras la que el folclore se comenzó a tener en cuenta desde el punto de vista académico.
No obstante, cabe destacar que Propp sólo estudió textos en prosa; realizando una gran recopilación de cuentos que dividió y clasificó en cuatro grupos para hacer más sencilla su labor de análisis:
- Historias mitológicas: son historias de origen religioso. El fin principal era explicar a la gente del pueblo a través de cuentos los fenómenos naturales, sociales o psicológicos utilizando dioses y héroes como personajes.
- Cuentos de animales: la característica principal y definitoria es que, todos los personajes de la historia deben ser animales. Propp, además, realiza una subdivisión dentro de los cuentos de animales:
• Fábulas: los animales representan vicios y virtudes de las personas. Siempre tienen moraleja, son historias moralizantes para que las personas tomen conciencia del mal que puede llevar a sus vidas el vicio y, en contraposición, el bien que les reportará la virtud.
• Los cuentos de animales propiamente dichos: poseen como características distintivas: los personajes representan a personas, son cuentos animistas; no tienen moraleja, pero sí enseñanzas, lo único que sucede es que no se formula en forma de moraleja.
- Cuentos de fórmula: son aquellos en los que todo el cuento, o bien parte de él, hay que aprendérselo de memoria.
- Cuentos de hadas o maravillosos: en ellos no aparecen únicamente hadas, sino que también lo hacen otros personajes como los ogros, duendes… En los cuentos maravillosos los personajes realizan acciones irreales que solo pueden atribuirse a las personas humanas para así crear un nexo más próximo entre el personaje principal y el lector.
Pero Vladimir Propp no fue el único que realizó investigaciones de los textos folclóricos en prosa; pues encontramos otra serie de autores como Aarne, Thompson, Rodari o Bettelheim que hicieron estudios en este sentido.
En cuanto a la aportación de Antti Aarne cabe destacar que, en su obra “Verzeichnis de Märchentypen”, realizó una de las más importantes clasificaciones para el cuento folclórico; siendo un trabajo posteriormente revisado por Stith Thompson en su obra “The types of the Folk-Tale”.
En cuanto a la aportación de Antti Aarne cabe destacar que, en su obra “Verzeichnis de Märchentypen”, realizó una de las más importantes clasificaciones para el cuento folclórico; siendo un trabajo posteriormente revisado por Stith Thompson en su obra “The types of the Folk-Tale”.
Finalmente, el psicólogo infantil Bruno Bettelheim trabajó a partir de los cuentos de hadas y analizó la parte simbólica de los cuentos; incidiendo en la idea de Propp de que, en todos los cuentos, los personajes protagonistas pasan por una serie de aprendizajes que les llevan a su edad adulta.
Ahora, una vez realizado el repaso del folclore en prosa, me dispondré a indagar sobre la poesía de éste género literario, para lo que empezaré explicando algunas de sus características fundamentales:
Diré, por tanto que posee una estrecha relación con la música y el juego; aunque también es una de sus señas de identidad la frecuente incoherencia o lo absurdo de sus textos, así como la recurrencia a un apoyo gestual o escénico.
En este sentido, se deben tener en cuenta la clasificación propuesta por Pedro Cerrillo:
- Nanas o canciones de cuna.
- Adivinanzas.
- Juegos mímicos.
- Canciones escenificadas.
- Oraciones.
- Fórmulas para echar a suertes.
- Burlas.
- Trabalenguas.
Apuntadas también algunas de las características de la poesía folclórica, cambiemos de tercio y centrémonos en los primeros recopiladores de este tipo de texto:
El primer recopilador importante de España es Rodrigo Caro, (s. XVI) que se dedicó a poner por escrito cancioncillas y juegos que escuchaba a los niños para que no se perdiesen. Así pues, destacamos su obra “Días geniales o lúdicos”.
Posteriormente, ya a finales del s. XVII el rey francés Luis XIV destacó por su gran afición a la lectura de historias y cuentos como los recopilados en el “Decamerón” (compendio de historias de contenido erótico creadas por Giovanni Boccaccio) o “Las mil y una noches”).
También en el s. XVII, encontramos a Charles Perrault, un autor cercano a la corte y muy interesado por el folclore de la cultura celta que recogió y adaptó cuentos con una intención moralizante; es posible incluso, que su poder socioeconómico le hubiese permitido aprender inglés y francés siendo precisamente su principal objetivo el de dirigirse a la corte para que cambiasen ciertas actitudes y comportamientos negativos, pues Perrault tenía una concepción de la vida humanista.
Ya en el s. XVIII, Madame Leprince de Beaumont, que había escuchado el relato que había contado en la corte un “contador” de historias no terminó contenta con el final de la misma y se dispuso a adaptarla hasta resultar una versión parecida de lo que hoy conocemos como “La bella y la bestia” de Walt Disney.
Un siglo más tarde, a mediados del XIX, el folclore se ve influido considerablemente por los hermano Grimm (Jacob y Wilhelm Grimm), quienes influidos por el nacionalismo típico de la época del Romanticismo vieron la necesidad de conservar muchos textos que hasta entonces no estaban plasmados sobre papel en ningún sitio. Comenzaron con textos y narraciones propias del país (Alemania) y estaban destinados a un público adolescente ya que por otra parte, era a partir de esa edad en la que se aprendía a leer. Pero el problema llegó cuando el editor de sus obras creó como título “Cuentos para la infancia y la juventud” con lo que no tardaron en llegar muchas quejas de personas que veían poco adecuados esos textos para sus hijos.
Finalmente, el editor pidió a los hermanos que retocarán los cuentos éstos terminaron aceptando con lo que poco a poco el argumento principal de cada cuento así como las escenas o partes escabrosas de cada uno se fueron suavizando.
En esta misma época en Dinamarca nos encontramos con el tercer gran adaptador de la historia, que no es ni más ni menos que Hans Christian Andersen, es tal su importancia que los premios de literatura infantil más importantes llevan su nombre y se conceden al mejor escritor e ilustrador de literatura infantil. De sus obras podemos destacar dos tipos:
- Los cuentos de autor: en los que encontramos personajes reales de la Dinamarca de la época.
- Historias folclóricas: como “La sirenita” o “El soldadito de plomo”. No incluyó moralejas en sus cuentos y otra característica principal es que los cuentos de Andersen siempre acaban mal.
Ahora bien, una vez explicados los autores más transcendentes del folclore haré una pequeña reflexión sobre cuál de ellos deberíamos trabajar en el aula: así pues, diré que en mi opinión es preferible uno de los hermanos Grimm. Primeramente porque no poseen una intención moralizante preeminente, mientras que en los cuentos de Perrault sí. Los cuentos de Perrault son adaptaciones, en cambio, los hermanos Grimm se dedican únicamente a recoger los textos folclóricos.
Y ya para finalizar analizaré cómo debemos contar los cuentos folclóricos y donde podemos encontrarlos:
En primer lugar he de decir que existen un montón de teorías relativas a la forma con la que debemos contar los cuentos a los más pequeños destacando, de casi todas ellas, la coincidencia en el conocimiento previo del cuento, la naturalidad como elemento fundamental en la narración y la utilización de un vocabulario apropiado que permita a los niños entender aquella historia que se les transmite.
No debemos olvidarnos tampoco de lo importante que es conocer el cuento antes de leerlo o al menos que parezca que así es ya que conseguiremos de esta forma que los niños piensen que se piense de una experiencia personal que realmente ha podido llegar a ocurrir. Igual importancia debemos dar en conseguir la atención de todos y cada uno de los receptores a través de gestos, miradas y otra serie de estrategias de comunicación y recursos expresivos; pero siempre tratando de emplear un lenguaje sencillo y adecuado para la edad de los niños que nos están escuchando.
En segundo y último lugar citaré algunos de los sitios en los que podremos hacernos con este tipo de textos:
Es importante conocer las fuentes en las que podemos encontrar con alguno de estos libros para así en nuestra futura labor como docentes recurrir a ellas y podes trabajar este tipo de texto en el aula.
El siguiente enlace nos muestra muchas de las obras de los hermanos Grimm con la que estaría muy bien que trabajásemos en el aula para así dar a conocer algunas de sus características http://grimmstories.com/es/grimm_cuentos/titles
Estos enlaces también nos muestran muchos cuentos de autores variados (algunos de los hermanos Grimm que podríamos haber encontrado en el link anterior):
http://www.mediometro.com/cuentos-infantiles.html
http://www.pequelandia.org/cuentos/
Webgrafía:
http://aprendiendodelosnenes.blogspot.com
http://www.aasafaubeda.com/index.php?option=com_content&task=view&id=279&Itemid=6
http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Portada
http://webs.ono.com/garoza/G5ramontorrijos.htm
http://www.rae.es/rae.html
http://www.rlp.culturaspopulares.org/textos/11/07-Hernandez.pdf
http://www.pepbruno.com/index.php?option=com_content&view=article&id=414:escuela-finlandesa&catid=45&Itemid=69
www.educarchila.cl/medios/892005131431.doc http://www.oei.es/fomentolectura/literatura_sociedad_educacion_sotomayor.pdf
http://laluzdelamanana.blogspot.com/2011/05/clasificacion-de-los-cuentos-segun.html
Perfecto.
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